3.1. Ilustración y Renacimiento.
3.1.1 Definición:
El término Ilustración se utiliza normalmente para designar a aquel movimiento de pensamiento que cubrió gran parte de Occidente desde el siglo XVIII en adelante. Su punto de mayor auge sería la Revolución Francesa, quizás una de las revoluciones más importantes del ser humano, ya que en ella se propugnaban los valores y las pautas de pensamiento de la Ilustración.
3.1.1 Definición:
El término Ilustración se utiliza normalmente para designar a aquel movimiento de pensamiento que cubrió gran parte de Occidente desde el siglo XVIII en adelante. Su punto de mayor auge sería la Revolución Francesa, quizás una de las revoluciones más importantes del ser humano, ya que en ella se propugnaban los valores y las pautas de pensamiento de la Ilustración.
Se puede
caracterizar a la Ilustración como un complejo movimiento de pensamiento y
cultural que tenía como principal objetivo la expansión de la razón por sobre
las pasiones de la religión o de la tradición. En este sentido, los ejes de la
Ilustración comenzaron a tenderse desde los ámbitos filosóficos y científicos
con grandes autores tales como Descartes, Locke, Bacon, Newton y Galileo entre
muchos otros. Estos pensadores y científicos ya venían desarrollando trabajos
en los cuales el uso de la razón y del empirismo prevalecía por sobre los
dogmas y creencias religiosas.
Toda esta tradición de pensamiento racional tendría especial
recibimiento en lugares como Francia y Gran Bretaña, donde los sectores
burgueses cada vez más crecientes demandaban mayor participación política y reconocimiento social. Esta situación permitió
el aumento de pensadores que propugnaban valores tales como la racionalidad, el
reconocimiento de las capacidades personales por sobre la herencia de la
nobleza, la libertad humana por sobre la influencia de las instituciones
tradicionales, la propiedad privada por sobre el poder del Estado, entre otras.
Los pensadores ilustrados se opusieron por tanto a todo
aquello que representara al Antiguo Régimen, a la monarquía y al
estilo de vida real, exagerado en sus lujos y privilegios. Gracias al avance
del capitalismo y su noción de que el triunfo de cada individuo no depende más
que de sus propias capacidades, así como también al avance de corrientes de
pensamiento basadas en la razón y en la observación directa de la realidad, la
Ilustración se tornaría cada vez en un fenómeno de gran importancia, logrando
en 1789 hacer escuchar sus paradigmas en el evento revolucionario por
excelencia: la Revolución Francesa.
Entre los personajes más destacados de esta compleja
corriente de pensamiento debemos contar a Jean Jacques Rousseau, Voltaire,
Diderot, Montesquieu, Locke, Bentham, Smith, Benjamin Franklin, Kant y muchos
más.
Se conoce como Renacimiento al movimiento artístico que tomó lugar en Europa occidental principalmente durante los siglos XV y XVI. Su nombre proviene de la idea del renacer de elementos culturales que habían desaparecido durante la Edad Media tales como la preeminencia de la razón, de la proporción, del equilibrio, de la mesura, muchos de ellos presentes en las culturas antiguas de la Grecia y Roma clásicas. Si bien el Renacimiento es quizás mucho más reconocido que otras formas culturales, el mismo fue la representación a nivel artístico de todo el sistema de valores y pautas propuestas por el Humanismo como sistema filosófico de la época.
El Renacimiento surgió en la ciudad de Florencia
como consecuencia de la progresiva apertura de las ciudades al comercio, a la
emergencia de nuevos grupos sociales conocidos como burgueses que invertían su
capital en la compra de obras de arte, en el contacto con el mundo de Oriente,
etc. Todos estos elementos permitieron al hombre de la época comenzar a dejar
de lado el teocentrismo que lo ponía al completo e indiscutible servicio de
Dios para pasar a observar la naturaleza, todo lo que lo rodeaba y, especialmente,
a sí mismo.
El Renacimiento partió entonces de esta observación de la realidad para
representar todo lo que en ella veía de modo más racional, proporcional y
equilibrado. Algunos de los elementos característicos del Renacimiento en sus
diferentes áreas (tanto la escultura, como la arquitectura y la pintura) fue la
utilización de la perspectiva, de la proporción humana como base de todas las
estructuras, del equilibrio de las formas, de la mesura de las expresiones. En
este sentido, mientras que en la arquitectura se dejó de lado el estilo gótico
y se volvió al arco de medio punto, a las cúpulas redondeadas, a las formas
lineales y simples, en la pintura se retomaron personajes de las culturas
grecorromanas (principalmente dioses y héroes), representándose a los mismos de
manera proporcionada y escultural.
Se puede dividir el Renacimiento en dos períodos
mayores: el Quattrocento (referido al siglo XV), período en el cual el centro
de producción cultural fue Florencia; y el Cinquecento (referido al siglo XVI),
donde la sede de poder cultural se situó en Roma. Mientras que en el primer
período se observa en algunos casos ciertas reminiscencias del arte medieval,
hacia el fin de la segunda etapa se pueden ver elementos de crisis que darían
lugar al posterior estilo Manierista.
Entre los artistas renacentistas debemos
mencionar a los increíbles Leonardo Da Vinci, Rafael, Miguel Ángel,
Brunelleschi, Giotto, Fra Ángelico, Botticelli, Donatello, Durero, entre muchos
otros más.
3.1.2 Del Teocentrismo al Antropocentrismo:
En
la Edad Media se pensaba que Dios era el centro del universo (teocentrismo), y
que la existencia terrena era un mero trámite para llegar a la vida eterna. En
el Renacimiento el hombre queda colocado en el centro del mundo
(antropocentrismo) y la vida se considera digna de ser vivida a fondo. La
principal consecuencia de ello fue una revalorización del mundo y del ser
humano.
El humanismo fue inicialmente un
esfuerzo erudito que surgió en Italia para recuperar el conocimiento exacto de
la cultura clásica grecolatina, muy deformada en la Edad Media. Inmediatamente
se transformó en un amplio movimiento que aspiraba al renacimiento del arte y
de la manera de pensar y de vivir de los admirados antiguos. Los humanistas
italianos del XV, siguiendo el ejemplo de los grandes autores del siglo XIV, Dante,
Petrarca y Boccaccio, se esforzaron por descubrir manuscritos latinos antiguos
e imitar su forma y contenidos.
La felicidad era la cuestión en ese
tiempo
|
Por una parte, se toma como modelo la
poesía lírica de la tradición grecolatina, que aporta diversos géneros, como la
oda o la égloga, algunos tópicos literarios, como el carpe diem ("aprovecha
el momento"), el beatus ille ("feliz aquel", la felicidad del
que se aísla del mundo y vive en la naturaleza), y el locus amoenus ("lugar
idílico"), y la mitología como tema literario. Por otra parte, la poesía
de Petrarca se asume como modelo absoluto de lírica amorosa. Del petrarquismo
se adopta el enfoque psicológico del amante, la descripción de sus
sentimientos, la descripción de la amada, así como multitud de figuras e
imágenes presentes en el Cancionero. Además de Petrarca, la lírica italiana
exporta formas métricas, principalmente el verso endecasílabo y el soneto.
3.1.3 Pascal y la recuperación del
Hombre.
El joven Pascal comenzó a mostrar una
asombrosa aptitud para las matemáticas y la ciencia: con tan sólo once años
escribió un pequeño tratado sobre los sonidos de cuerpos en vibración. Su padre
respondió ante esto prohibiéndole continuar dedicándose a las matemáticas hasta
que cumpliese quince años, por miedo a que se perjudicaran sus estudios de latín
y griego.
No obstante, a pesar de sus
prohibiciones, un día lo encontró escribiendo con un trozo de carbón en la
pared una demostración independiente de que los ángulos de un triángulo suman
dos ángulos rectos.
El pensamiento de Pascal puede ubicarse
dentro de la concepción esencialista dualista, dentro del racionalismo
antropológico, porque considera, al igual que dicha teoría, que el hombre se
compone de cuerpo y alma. Señala, también, que el hombre conoce el universo a
través del pensamiento, al igual que lo hace con otras facultades (como el "corazón").
Pascal afirma que el hombre es un ser de
"contradicciones", que es un ser grandioso y miserable a la vez. La
grandeza del hombre proviene de conocer su miseria. La esencia del hombre, para
Pascal, es su pensamiento y es lo que lo hace grande y único. El hombre es un
ser mortal sometido a las enfermedades, al dolor, sin embargo, en tanto él
conoce su condición es grandioso, y esto es posible gracias al pensamiento.
El universo comprende al hombre a través
del espacio, porque esta última forma parte del primero. A su vez, el hombre
comprende al universo, porque el hombre sabe qué es el universo y sabe que es
parte de él, lo que representa un sentido teórico. No es la sola posesión del
pensamiento lo que hace grande al hombre, ya que el pensamiento puede ser
utilizado de diversas maneras y puede ser desaprovechado. Junto al pensamiento,
se requiere practicar la caridad.
Según Pascal el hombre evita pensar en sí
mismo porque para el alma es una pena insoportable pensar en el fin de la vida.
De ahí el origen de la diversión y de los pasatiempos (los juegos, la casa, la
conversación en los salones, la guerra), que sirven a pasar el tiempo sin
sentirlo, sin sentirse uno mismo y evitar pensar.
El alma no ve nada en sí misma que la contente, no ve nada que no la aflija, lo que la obliga a esparcirse en lo exterior, buscando perder el recuerdo de su estado verdadero. Su gozo consiste en el olvido y basta para hacerle desdichada obligarle a estar a solas consigo misma.
Pascal dice que el cuerpo y el alma son dos universos unidos y que uno es terrenal, efímero y limitado, mientras que el otro es espiritual, por el cual nos acercamos más a la eternidad de "Dios"; estando esperanzados en su Gracia.
Señala que la verdadera sabiduría del
hombre es darse cuenta de que es un ser contradictorio, conocer su grandeza y
su miseria.
Pascal se daba cuenta de la vanidad que imperaba en el mundo, de la arbitrariedad de la justicia pero no por eso tenía una postura escéptica.
El amor propio es el amor al yo, al ego, no es lo mismo que el conocimiento de uno mismo. En esa época amor propio significaba más egoísmo que autoestima. Es difícil lograr amar al yo cuando está sujeto a las pasiones, a los defectos, y a todas las miserias que lo llevan a odiarse más que a amarse
El amor al yo es la negación de la debilidad humana y disimula sus imperfecciones, adoptando distintas máscaras sociales para agradar, sin importar lo falso que sea.
El amor al yo, para Pascal, hace que se mantenga esa ficción que la conciencia puede manejar mejor para evitar enfrentarse al verdadero si mismo y verse tal cual uno es.
Esta contradicción, según Pascal está relacionada con experimentar el tiempo como un período en el que nada permanece eternamente y como un proceso que sólo termina con la muerte.
3.1.4. El
Racionalismo de René Descartes:
Descartes (1596-1650), rompe radicalmente con el mundo antiguo y crea un nuevo método para llegar al conocimiento; la duda metódica.
Descartes (1596-1650), rompe radicalmente con el mundo antiguo y crea un nuevo método para llegar al conocimiento; la duda metódica.
Sin embargo, no pudo desvincularse del todo de la influencia de los pensadores de su época, porque es inevitable que cada momento histórico condicione todo pensamiento posterior.
Para los racionalistas, por medio de la razón se pueden conocer proposiciones fundamentales que permitan descubrir por deducción la verdad.
El racionalismo atribuye al hombre habilidades innatas que le permiten encontrar una explicación para todas las cosas. El fundamento de esta afirmación es el supuesto de que la mente del hombre posee la imagen de la totalidad de lo que existe y no reconoce diferencia entre el Ser y el pensar.
Esta apreciación de la realidad se asemeja al principio hermético, que sostiene que todo está contenido en el Todo y que el hombre es idéntico al cosmos. Sin embargo, este concepto nos lleva a cuestionarnos por qué existe la ignorancia si toda la verdad está en la mente.
La respuesta de Descartes es que para hallar la verdad es necesario un método que no permita ninguna duda, porque la capacidad de la mente no alcanza.
Las matemáticas pueden ser un método, mediante el uso del proceso deductivo, a partir de axiomas, porque el método matemático garantiza los resultados y no puede haber errores.
La visión de la realidad del racionalismo es mecanicista; las cosas se componen de partes y para conocerlas basta con descubrir sus principios mecánicos.
Este modo de interpretar la realidad, separa al hombre de la naturaleza y acentúa el abismo entre él y el mundo.
Descartes desarrolla un método único para encontrar la verdad universal para todas las ciencias, el método de la duda. Dudar de todo lo que no tenga evidencia científica, porque no puede confiar en lo que le dicen los sentidos, ya que de lo único que puede estar seguro es de que está pensando.
Para Descartes, la filosofía es la búsqueda de los principios y abarca todo lo que el hombre puede saber; y la base es la metafísica.
El método cartesiano se inspira en las matemáticas y consta de cuatro reglas principales:
1) regla de la evidencia, o sea no admitir nada como verdadero sin evidencia. La condición de lo evidente son las ideas claras y distintas que sólo se pueden conocer por intuición, que es la que suministra los principios fundamentales, mientras que por medio de la deducción se infieren las conclusiones ciertas a partir de esos principios.
2) regla del análisis. Una vez que tenemos las ideas claras y distintas, se analizan para encontrar los elementos básicos, como la figura, la extensión y el movimiento.
3) regla de la síntesis, la necesidad de ir de lo más simple a lo más complejo.
4) regla de la enumeración, que exige revisiones generales que aseguran no haber omitido nada.
3.1.5. El Imperialismo de David Hume.
El racionalismo es la primera gran corriente filosófica de la modernidad, el empirismo es su respuesta histórica y constituye el segundo gran movimiento de la filosofía moderna.
Empirista es, en
general, toda filosofía según la cual el origen y el valor
de todos nuestros conocimientos depende de la experiencia (En griego “experiencia” es “empiria”; de ahí
el nombre). En este sentido general, el empirismo es una constante en la
historia del pensamiento: existió antes de la modernidad y resurgirá en el
pensamiento contemporáneo.
En sentido
estricto, se denomina empirismo al empirismo moderno o también llamado
John Locke
empirismo inglés (todos los
autores son británicos, en oposición al racionalismo que es un movimiento
continental) del s. XVIII que constituye una respuesta histórica al
racionalismo del s. XVII. El primer filósofo empirista es Locke y la línea inaugurada por éste
continúa y se va radicalizando en Berkeley
y culmina con Hume. Hume presenta una antítesis al
racionalismo continental y lleva los presupuestos empiristas, de forma
coherente e implacable, hastas sus últimas consecuencias.
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